A Imoleayo lo sacaron de su casa en plena noche. Una veintena de hombres armados irrumpieron en su domicilio de Abuya (Nigeria), mientras mantenían a su familia encerrada en una habitación. Las autoridades se lo llevaron dos semanas después de haber asistido, en octubre de 2020, a un acto del movimiento de protesta contra la Unidad Especial Antirrobos, en el marco del cual jóvenes de toda Nigeria se manifestaron contra la violencia, la extorsión y los homicidios de la Unidad Especial Antirrobos, popularmente conocida como SARS. Imoleayo, joven programador informático, promovió las protestas en Internet usando la etiqueta viral #EndSARS.
Los agentes rompieron el cristal de la ventana de su dormitorio, le apuntaron con un arma y le ordenaron que abriera la puerta principal. Luego confiscaron su teléfono móvil y su ordenador, encerraron a su esposa, a su anciana madre y a su hijo de siete meses en una habitación con llave y cortaron el suministro eléctrico de las farolas que rodeaban la vivienda.
Tras haberlo separado de su familia, las autoridades nigerianas lo llevaron a la jefatura central de los servicios de seguridad del Estado, donde lo tuvieron 41 días encerrado en un calabozo subterráneo sin acceso a asistencia letrada ni a sus familiares. Durante ese tiempo, estuvo esposado, con los ojos vendados y encadenado a un armario metálico. Además, tuvo que dormir directamente sobre el suelo. Sólo le daban gachas mezcladas con piedras para comer. En total, los agentes de seguridad lo interrogaron cinco veces.
Imoleayo contrajo neumonía, y finalmente quedó en libertad bajo fianza en diciembre de 2020. En la actualidad, se enfrenta a cargos falsos de «conspiración para alterar la paz pública» y «alteración de la paz pública». Imoleayo es una de las muchas personas que corren peligro de recibir una condena por haber alzado la voz en Nigeria. Deben retirarse de inmediato los cargos falsos que se le imputan.
Actúa ya y exige que se retiren de inmediato todos los cargos que pesan contra Imoleayo.