El 13 de octubre, 23 hospitales del norte de la Franja de Gaza y de la ciudad de Gaza recibieron órdenes de evacuación forzada del ejército israelí. Desde ese día, no han dejado de recibir llamadas del ejército para presionarlos con el fin de que cumplan dichas órdenes. Estos hospitales atienden a más de 2.000 pacientes, a quienes proporcionan tratamientos que pueden salvarles la vida, y son, además, el único refugio con el que cuentan decenas de miles de familias internamente desplazadas. Las mencionadas órdenes de evacuación forzada son casi imposibles de cumplir en medio de la catástrofe humanitaria que a sola en estos momentos la Franja de Gaza: trasladar a los y las pacientes a través de terrenos arrasados y sin combustible es un planteamiento poco razonable. Si se llevan a cabo las “evacuaciones”, la consecuencia directa será el desmoronamiento íntegro del sistema sanitario de Gaza y, Asimismo, y en palabras de la Organización Mundial de la Salud, supondrán una “condena a muerte” para quienes sufran lesiones o enfermedades graves. Las autoridades israelíes deben revocar estas órdenes y garantizar la protección de los centros sanitarios, su personal, los y las pacientes y la población internamente desplazada frente a los ataques, tal como exige el derecho internacional humanitario.